Buenas noches Kocher.
Seguramente, en términos generales tienes toda la razón. Comparto mucho de lo que dices.
Yo lo veo, además, como otro nuevo campo de interés al que no le es ajena del todo la maldita epidemia esta que padecemos.
Como es sabido, los centros de enseñanza y otras dependencias oficiales se han provisto en los últimos tiempos de sensores/detectores de CO 2, por la conveniencia y necesidad de ventilar para tener el aire de la manera más conveniente, limpio y saludable.
Ya puestos, fabricantes y vendedores están haciendo su agosto con estos y otros "multisensores" para uso doméstico como el de la imagen adjunta. Estos, por cierto son bastante baratos.
Esta situación de enfermedad colectiva ha sido, y está siendo aún, otro elemento divulgador de la idea de calidad del aire, según creo, y posiblemente haya animado a algunas personas a dotarse de detectores de partículas y sensores de diversas clases para sus propias casas.
Además, los pólenes, las alergias, la proliferación de asmáticos de todas las edades influyen también en la "necesidad" (completamente falsa y artificial, sin duda) de tener información propia, ajustada al contexto personal del que decide comprar estos artefactos.
Y también pesa la machacona (y por lo demás indiscutible) idea de que hay que combatir la la contaminación desde posiciones individuales, en las que todos podemos aportar algo en la lucha contra ese factor. Aunque solo sea saber qué cantidad de partículas hay en el aire que respiramos. Porque poco más se puede esperar de estos sensores en este campo de batalla.
En fin, signo de los tiempos, no es fácil resistirse al consumismo.
Ni al Celeste Imperio, (nuevo y actual "taller del mundo", como se dijo de la Inglaterra victoriana) que está inundando el mercado con toda esta variada y nueva gama de estaciones baratas que, según vamos viendo, satisfacen por completo la afición de cada vez más personas.
Siendo baratas, son al parecer competitivas frente a las más costosas. Así, permiten a muchos aficionados gastar algo de su dinero, no tanto en mejorar un estación antigua y cara como en sustituirla por una de estas, (cuya calidad hasta el momento parece fuera de duda), y además disponer de un recorte o rebaja del gasto que bien puede usarse en la adquisición de sensores o detectores de partículas y complementos de todo tipo, detectores de rayos por ejemplo, que antes como sabes costaban un ojo de la cara, los Boltek y esos.
En fin, cosas veredes.
Por lo demás, las estaciones oficiales ofrecen información de calidad. No hay una en cada barrio, y por eso quizás algunos instalamos nuestro propio detector, caro, poco fiable, etc., pero hay que satisfacer la vanidad también, según parece.
Veremos cómo evoluciona esa nueva tendencia en el futuro próximo, y me refiero tanto a las estaciones chinas baratas, -en muchos casos mero objeto de consumo, al margen de verdadero interés profundo por la meteorología- como a los sensores o detectores de partículas.
Si a cambio de su popularización y sencillez de manejo se pierde, como tal vez se vaya perdiendo, la preocupación por la calidad de los datos, la precisión y el rigor en el tratamiento de los mismos, el mantenimiento de las estaciones y estas cosas, pues qué le vamos a hacer, allá cada cuál.
Iremos viendo lo que venga, y comentándolo.
Saludos.