Más o menos es la correspondencia habitual, aunque depende mucho del tipo de nieve y la evolución.
Efectivamente, al único modo es recoger la nieve en un pluviómetro profesional y fundirla a baja temperatura (20 grados) siempre con la boca del pluviómetro tapada al hacerlo porque la nieve tiende a la sublimación. En el caso ideal se dispone de dos pluviómetros que se intercambian simultáneamente, el uno recogiendo, el otro fundiendo.
Si sólo se dispone de un pluviómetro, y esto se podría aplicar a las automáticas, es disponer de un recipiente en el que quepa una cantidad de agua que, vertida en el pluviómetro, nos de un valor conocido. Llenamos este recipiente con agua caliente con la cantidad precisa a una lectura correspondiente previamente conocida, y con ella vamos fundiendo la nieve en el embudo. Una vez hayamos fundido toda la nieve así, restamos la cantidad correspondiente del total medido y así podemos obtener la cantidad real equivalente a la nieve fundida. Este método se utiliza también en estaciones manuales si no se dispone de un segundo pluviómetro para hacer el cambio y fundir.
Sobre lo que preguntas, en mi caso la nieve fundida con un pluviómetro profesional fué de 40.2 mm, aunque el grosor máximo de nieve fue de 29 cm puesto que durante la nevada hubo un momento de lluvia que compactó y parcialmente fundió la nieve caída... es imposible de determinar normalmente pues.