Es algo normal en según que orografías. Cuando estás rodeado de montañas, en situaciones de calma, es muy habitual que ese aire frío de altura, se desplace hacia las zonas bajas, quedándose estancado en los valles, y registrando temperaturas más bajas en los fondos de los valles que en las sierras. Las diferencias a primera hora de la mañana pueden ser notables.
La famosa "boina" de Madrid es producto de una potente inversión térmica en momentos de altas presiones con ausencia de vientos y que puede durar días y días.
Cabe destacar que esa a la que aludes, sería una inversión por radiación, o nocturna. Se produce por el enfriamiento del suelo por radiación (Otro día, si os parece hablaremos de la heladas por radiación) el terreno se enfría y por tanto, enfría el aire circundante, el cual se va desplazando hacia posiciones más bajas, y por lo tanto desaloja el aire caliente hacia zonas más altas. Lo normal, es que, al amanecer, este tipo de inversión desaparezca al volverse a calentar el terreno y por lo tanto el aire a baja cota, y restablecerse las condiciones de circulación normales del mismo.
Esto no ocurre con otro tipo de inversiones.
Seguro que muchos habéis visto, sobre todo en invierno, en días claros, como una columna de humo que sube derecha al cielo, de momento cambia, y se desplaza horizontalmente e incluso, llega a volver a bajar al suelo.
Este tipo sería una inversión frontal, perfectamente descrita en el libro "Las Ratas" de Delibes. Consiste en un desplazamiento de aire frío por debajo de otro más cálido que hace de "tapón" y evita que ese humo siga ascendiendo. En la meseta es relativamente sencillo ver este efecto al final de una situación anticiclónica, en los días previos al paso de un frente cálido con posibilidades de precipitación. Personalmente, he podido comprobar que funciona perfectamente para anticipar ese cambio de tiempo.
Mañana más.